Misiòn 2003
Uniòn de Catechistas, Arequipa
Dios, en su plan amoroso de salvación para los hombres, ha tenido en cuenta el servicio humilde de su hijos, somos los hombres, destinatarios de ese plan salvífico y a la vez, instrumentos de tales designios; vasta con decir "sí" y aceptar su llamado: "Id y enseñad", y qué forma tan maravillosa de participar en sus planes.
La Unión de Catequistas del SS. Crucifijo y de María SS. Inmaculada de Arequipa, año tras año vive una gran experiencia: LA MISIÓN, que en el 2003 nos ha llevado al pueblo de Huanca y sus comunidades aledañas: Malata, Tancaya, Tocroyo, Pucro y San Basilio, pueblos ubicados en la sierra de Arequipa entre los 3 500 y 4 000 mts.
Sobre el nivel del mar, sus habitantes son personas sencillas y castigadas por la pobreza ( que se deriva del olvido por parte de las autoridades ), dedicadas al cultivo de la tierra, el cuidado del ganado y la actividad comercial que se basa generalmente en el intercambio de productos.
Un solo sacerdote se hace cargo de toda esa zona que además de ser extensísima tiene dentro de su territorio accidentado ríos, valles, montañas elevadas, abismos y bosques que hay que atravesar porque las vías de acceso son solo pequeñas "trochas" abiertas por los mismos pobladores.
Sin embargo, la gente es amable, acogedora y muy abierta a las enseñanzas cristianas, pues viven una fe religiosa popular marcada por el sincretismo entre sus antiguas creencias incaicas y la religión católica que se les ha transmitido de alguna manera desde los años de colonización.
Fue la gracia de Dios, también, quien nos puso en contacto con su párroco que en todo momento coordinó con nosotros el desarrollo de la Misión de la siguiente manera:
- 3 de agosto: Primer viaje de reconocimiento y coordinación con Huanca a cargo de los catequistas responsables de la organización de la misión.
- 17 de agosto: Segundo viaje de la comisión de coordinación con los pueblos anexos y difusión mediante pancartas y afiches en cada uno de ellos.
- 27 de agosto : reunión de los 30 misioneros para preparación de temas.
- 29 de agosto:
7.00 p.m. Misa de Envío de todos los misioneros , reflexión sobre el sentido de la Misión y entonación de cantos.
11.00 p.m. Descanso.
- 30 de agosto
1.00 a.m. Partida hacia Huanca
5.00 a.m. Llegada e instalación
6.00 a.m. Desayuno
6.30 a.m. Partida a los pueblos anexos
(Desarrollo del programa específico por cada pueblo: Celebración Eucarística, Liturgia de la Palabra, Catequesis, Visita a los hogares, etc. hasta las 11.00 a.m. del día siguiente).
- 31 de agosto
5.00 a.m. Oración comunitaria y reinicio de actividades.
12.30 p.m. Retorno de los misioneros a Huanca (concentración)
1.00 p.m. Almuerzo
2.00 p.m. Retorno a Arequipa.
Los temas preparados para la catequesis fueron La Iglesia y los Sacramentos, elegidos porque en estos lugares existen numerosos pobladores que aún no se han bautizado y ya son mayores de edad; parejas de convivencia conyugal; niños que no han recibido su Primera Comunión, etc.
Apenas llegamos en grupos de 2, 4, 6 u 8 a cada pueblo designado, a veces trepando colinas, otras cruzando un río o montados en un burrito emprendimos la visita a los hogares de cada familia, tocándoles las puertas para dialogar acerca del sentido de pertenencia a la Iglesia, la importancia de los sacramentos y aclarándoles sus dudas sobre ideas erróneas que algunas sectas religiosas difunden en esos lugares.
En la tarde se realizó la concentración de los pobladores en la capilla, un parque, una casa, etc. según cada pueblo, ahí se dio la catequesis general animada con canciones y representaciones teatrales; también se rezó el Santo Rosario antes de la Celebración de la Liturgia de la Palabra a cargo del catequista responsable del grupo; pues el sacerdote no podía ir a cada pueblo por encontrarse enfermo en Huanca.
Al día siguiente, muy temprano, luego de orar juntos como una comunidad de misioneros, se partió a visitar a los enfermos, ancianos y niños con impedimentos físicos; el caso que nos conmovió más es el de un niño de 9 años cuyo cuerpecito atrofiado refleja un pequeño de 9 meses, una extraña enfermedad congénita le ha contraído todas las articulaciones y desviado la columna, además de haberle privado de la vista y el habla, sin impedir el crecimiento normal de la cabeza… oramos alrededor del pequeño, tomados de las manos con sus padres y familiares quienes esperan su muerte después del diagnóstico del médico, ya que hace semanas que apenas puede tomar agua; un solo médico hay en casi 100 kilómetros a la redonda …
En todos los pueblos, los misioneros ayudamos en las labores propias de los pobladores o en alguna actividad colectiva que suelen programar para el día domingo, a unos nos tocó hacer la limpieza general de una capilla y alrededores; otros participaron en la cosecha de habas o maíz; algunos ayudaron a recuperar la carne de una vaca que murió al caer a un abismo; otros pocos trasladaron la leche ordeñada a los lugares de venta y los más afortunados colaboraron en la ejecución de una fiesta costumbrista para marcar los ganados con danzas y cantos festivos en honor de San Isidro Labrador.
Tuvimos que dejar también a las autoridades una denuncia sobre personas indeseables que tienen en medio de la pobreza de la gente una discoteca donde hacen consumir licor a niños entre 10 y 15 años con chantajes y amenazas.
Para concluir, todos los misioneros nos concentramos en Huanca, cada grupo llegaba exhausto desde los pueblos que le había tocado visitar, algunos llegaron acompañados de los pobladores para participar en la Misa celebrada por el Párroco que hizo un esfuerzo a pesar de su enfermedad y lleno de alegría, agradeció a todos y pidió que al siguiente año visitemos esas zonas y otras más que aún quedan en su jurisdicción y a las cuales llegan, él y 3 religiosas una vez al mes a caballo y enfrentando grandes dificultades.
Todos unidos, pobladores y misioneros, entonamos al terminar la Celebración Eucarística, cantos de alabanza y gloria a Dios, reconociendo su amor presente entre nosotros desde siempre: "…Llévame donde los hombre, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir…Y así en marcha iré cantando, por pueblos predicando tu grandeza Señor…" decía la letra de una de las canciones que a voz en cuello y con lágrimas de agradecimiento y alegría al Padre Amoroso, entonábamos los 30 misioneros de la Unión de Catequistas de Arequipa.
Iris Soria - Catequista asociada.